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Decir NO, cuando quieres decir no.

¿Te ha pasado alguna vez que has dicho si, queriendo decir NO?  Seguro que muchas veces.

Por diversas situaciones, decimos si a otros aun cuando no queremos hacerlo.  Puede ser que esto te pase sólo a veces o que te pase frecuentemente.

El tema es que, si te pasa, que sea para ti una decisión consciente y que tengas claridad del costo y los beneficios que puede significar para ti hacerlo o no.  Esto te ayudará a elegir en libertad.

Porque cuando decimos si queriendo decir NO, sin mediar ninguna reflexión consciente, quedamos atrapados en un círculo de rumiación o pensamiento repetitivo y de rabia que nos desempodera y nos resta bienestar y eficacia, con todo lo que significa esto.

Las investigaciones dicen que a las mujeres les cuesta más decir No que a los hombres.  Por un tema de crianza, a las mujeres se les enseña desde muy niñas a ser “acogedoras”, “buenas personas”, “amorosas”, etc.  Sin embargo, estas cualidades no tienen nada que ver con dejar de decir No cuando se necesita.  Más bien, es un tema cultural que no ayuda a la salud emocional de las personas y su poder de actuar en la vida.

Decir No es una declaración fundamental en nuestra vida, es un derecho como personas que somos, que nos dignifica y nos hace autónomos, libres de elegir y entonces, nos hace saludables y más felices.

Decir No, define el respeto que nos tenemos a nosotros mismos y que otros tendrán sobre nosotros.  Es una declaración que juega un rol decisivo en nuestras relaciones de pareja, amistad, laboral como padres-madres y demás ámbitos.

Decir No, da forma a la vida que queremos tener.

¿Por qué a veces cuesta decir no?

Porque a veces el precio de decir no es muy alto. Y si en el pasado, dijimos No a alguien y nos fue muy mal con ello, las consecuencias fueron dolorosas, es probable que, en el futuro, cuando nos encontremos en una situación similar, la huella bioemocional de esa experiencia anterior, te lleve a decir si queriendo decir no; o inventes una serie de excusas para zafarte de las consecuencias de decir no.

Es más, quizás no reflexionemos mucho sobre ello, y sólo actuemos.  Porque el ser humano por naturaleza evita el dolor.

Pero, aun así, aunque el precio sea alto, como personas, podemos seguir ejerciendo nuestro poder de decir No.

Creemos que si nos negamos seremos considerados poco educados o incluso malas personas. Y ciertamente puede ser así, pues como ya decía, es un tema de creencias… cultural.

El deseo de sentirnos parte de una tribu, sentirnos amados y aceptados es el gran motivador de este problema o dificultad de decir No. No queremos ser excluidos, alejados o apartados. Es así por lo que no nos permitimos dar demasiadas negativas, aunque estas estén totalmente justificadas.

Cómo hacer para decir NO:

  1. Conoce cuáles son tus límites: Qué quieres de verdad, cuáles son tus necesidades, tus deseos y hasta dónde pueden llegar los demás.
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  2. Reflexiona unos minutos: No es necesario responder inmediatamente sino estás seguro. Piensa con tranquilidad sobre la situación y si decides decir No, también podrás pensar con mayor tranquilidad la forma de negarte sin caer en un círculo de culpa.
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  3. Di NO cada vez que puedas:  Ejercitando es la mejor forma de sacar músculo, así pasa también con la práctica de decir No.  Mientras más veces digas NO y en verdad no quieras hacer lo que te piden, más irás incorporando la práctica en el cuerpo y sentirás que no pasa nada catastrófico al hacerlo, es más, con el tiempo, irás viendo que las personas te tienen mayor respeto.
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  4. Encuentra otras opciones: A veces podemos hacer una propuesta alternativa que ayude a no aceptar lo que no queremos pero que nos haga sentir bien y que la otra persona perciba que nos interesa la relación.
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  5. Reconoce tus logros:  Cada vez que hayas podido decir NO y sentirte bien con eso, reconoce el logro que has hecho. Esta vivencia se va grabando en nuestro cuerpo y va generando un nuevo circuito neuronal de autoeficacia y felicidad.  Irás dejando y fortaleciendo una nueva huella bioemocional.

Aprender a decir NO es un gran regalo que puedes hacerte. Y como siempre, puedes pedir ayuda profesional para lograrlo según tus necesidades, desafíos y siguiendo tu propio ritmo.

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Te dejo un gran abrazo.
Coméntame al WhatsApp y feliz te leo.

Paola Mora
Psicóloga, coach y terapeuta.