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Deprimirse o estresarse es cosa de profesionales poco profesionales.

Sabías que en América latina se pierden miles de vidas por suicidio cada año.

Angustia, depresión, falta de autoestima, ansiedad, entre otros son algunos de los trastornos que sufren las personas, muchas veces en silencio y que pueden derivar en suicidio.  Y cada vez, es más frecuente no sólo en adultos sino también en jóvenes.

En la región de las Américas, se estima que aproximadamente 100.000 personas se suicidan anualmente.  Entre los diez países con el mayor número estimado de muertes por suicidio, está Chile con 1.893 (según la oficina regional de las Américas de la OMS).

La depresión es una de las enfermedades mentales más frecuentes y se calcula que afecta a más de 450 millones de personas en el mundo (datos de la Organización Mundial de la Salud- OMS).

Entonces, después de estas cifras…

¿Cómo se sustenta el creer qué sufrir una enfermedad o trastorno mental, es algo de poco profesionales?

No.  No es posible sustentarlo.  Toda la evidencia que existe, apunta a que sufrir un trastorno de ansiedad, depresión, angustia es algo que cualquier persona podría atravesar bajo ciertos factores de riesgo.   No se trata de debilidad, se trata de ser seres humanos.

Por ejemplo, el estrés crónico suele estar relacionado con las preocupaciones constantes y el desgaste profesional.

Es un estado de agotamiento mental, físico y emocional que avanza con el tiempo, pasando por varias etapas: estancamiento laboral, frustración, apatía, desgaste.

Tras épocas de mucha implicación, se produce una sensación de estancamiento y finalmente aparece la frustración.

En algunas personas aparecen síntomas psicosomáticos como cansancio, irritabilidad, apatía, dolores de cabezas intensos, alteraciones del dormir, vértigo, falta de concentración, olvidos de eventos importantes, entre otros.  Todo esto afectando el rendimiento como profesional y en lo personal.

Un profesional que, en algún momento de su vida, sufre una enfermedad del ámbito de la salud mental, pone de manifiesto que ha enfrentado situaciones recurrentes que vulneran su estabilidad emocional, su seguridad, su autoestima, su poder de acción.  Estas situaciones muchas veces tienen que ver con factores propios del trabajo y la organización en la que se desempeña.  En otros casos, se suman factores socio familiares que repercuten en el desempeño de quien lo padece.

¿Cómo cuidarnos como profesionales para no atravesar por un trastorno mental?

  1. Comer y comer bien:  No estamos hablando que dejes de comer lo que te gusta, estamos hablando de comer en los horarios que necesitamos durante el día y aprender a nutrir el cuerpo con alimentos que aportan a nuestra energía y desempeño.
  2. Ejercicio físico y hacer pausas en el día durante la jornada laboral: No significa que dediques largas horas a practicar algún deporte, se trata de realizar alguna actividad física que te acomode, que ponga en movimiento tu cuerpo y genere las sustancias que nos estimulen y contrarresten el cansancio y la falta de creatividad.
  3. Descansar y controlar la sobrestimulación.
  4. Reducir la carga tóxica (personas y lugares tóxicos).
  5. Autocuidado preventivo: Aprende a manejar tus emociones y sacarle el máximo de provecho.
  6. Atención médica y chequeo proactivo.

Como profesionales podemos ser más felices y productivos si partimos por aceptar que somos seres humanos que necesitamos aprender a conocernos más, reconocer qué y quiénes nos drena energía y las formas de contrarrestarlo.  No se trata de debilidad, se trata de ser seres humanos.

El desafío está en nosotros, ya que las personas y los lugares tóxicos seguirán existiendo y no porque no nos guste, eso cambiará.

Porque si hay algo que marca la diferencia entre los profesionales, no es la cantidad de horas que se dedica al trabajo o cuánto es lo que se gana económicamente, sino cuánto somos capaz de dejar de culpar a las circunstancias o a otras personas sobre lo que nos sucede y cuánto nos hacemos cargo de lo que queremos en la vida.

Y ¿Cómo ser eficiente y feliz?  Logrando los resultados que tú deseas dedicando tiempo a las distintas áreas que te interesan en tu vida.  De esa forma, logras sostener en el tiempo una salud mental, física y emocional que apalanca tu estilo de vida deseado.

Este es el gran talón de Aquiles que nos deja la pandemia o la gran oportunidad, depende de cómo quieras mirarlo…. la salud mental y un estilo de vida que nos haga sentido.

 

Te dejo un gran abrazo,

Paola Mora Morales
Psicóloga & Coach