Todos los preparativos para el éxito en la vida, tienen que ver principalmente con la relación con nuestra madre. Ella es nuestra primera casa, el lugar perfecto donde nada nos falta. Todo está dado y nada hacemos para recibirlo.
Desde las constelaciones familiares, tomar a la madre es tomar a la vida y aceptar a la madre tal cual es, no importa que en nuestras expectativas alguna vez no cumpliera del todo lo que esperábamos, porque es justamente esta clase de reclamos los que nos causan conflictos en la vida.
Quien logra tomar a su madre, de esa forma logra ser exitoso y feliz. No es una cuestión mágica, sino que la manera en que aprendemos a vincularnos con nuestro origen, de la misma forma nos vincularemos con la vida e incluso nuestra profesión.
Criticar y juzgar a nuestra madre nos impide tomar la vida. Porque ella es la vida y si la criticamos o sentimos rechazo, criticamos la vida. Entonces nos negamos la posibilidad de tener abundancia en nuestra vida y de tener éxito.
Así como alguien está feliz por su madre, también está feliz por la vida y el trabajo. Así como su madre le da, si él o ella lo toma con amor, la madre le da más y más; así en la misma medida la vida y el trabajo le dan éxito.
Quienes tienen reservas sobre su madre también las tienen en contra de la vida y la felicidad. Así como la madre se retira del hijo como resultado de sus reservas y rechazo, así la vida se aleja de él y de su éxito.
Pasar de ser un niño inconsciente a un adulto nos exige tomar, en vez de recibir pasivamente, y esta acción está basada en la gratitud, en tener una amplia comprensión de la existencia y cambiar nuestra vida de forma positiva.
Agradecerle la vida a nuestra madre, nos ayuda a integrar, a incorporar la belleza de nuestra existencia; porque el haber recibido la vida, es más que suficiente.
Así, tomar a la madre conscientemente nos abre camino a otras tomas de la vida, es decir, nos empodera para tomar nuestra vida con la fuerza que se requiere.
Honrar a la madre es el inicio de la vida en plenitud.
¿Cómo honro a mi madre?
- Agradeciéndole la vida que me dio y hago algo productivo con mi vida.
- Acepto que ella entró primero en el orden del clan familiar. Ella es la grande ante mí, y yo el pequeño/a ante ella.
- Respeto su vida y sus decisiones, aunque no las comparta.
- No hago juicios ni exigencias como los «deberías».
- Honro a mi madre cuando aprendo a confiar en mí mismo/a.
- Vivo en plenitud y tomo mis propios proyectos.
- Dando vida a mis propios hijos.
Te dejo un gran abrazo,
Paola Mora M
Psicóloga & Coach