Para la mayoría de las personas, la felicidad es el resultado de un largo camino de esfuerzo o una especie de premio por las obras realizada como el éxito laboral, económico y social; sin embargo, la investigación empírica sobre este tema, rompe las creencias tan expandidas por esta mayoría. La felicidad se construye día a día, con actividades concretas que van dejando esa vibración afectiva de tono positivo en nosotros y que van entregando un sentido más profundo a nuestra existencia.
Sonia Lyubomisky, psicóloga e investigadora estadounidense, define la felicidad como la experiencia de alegría, satisfacción o bienestar positivo, combinada con la sensación de que nuestra vida es buena, tiene sentido y vale la pena.
De este modo, los mitos de que la felicidad está fuera de nosotros, que se debe buscar y que la tienes o no, han sido derribados por la ciencia.
Para Lyubomisky, la Felicidad no se encuentra ni se busca, sino que se construye.
Las circunstancias de la vida (tener dinero, trabajo, belleza, suerte, etc.) sólo explicarían el 10% de las causas de la felicidad. El 50% tiene que ver con nuestra capacidad genética de sostener felicidad y el 40% restante está en nuestro desarrollo deliberado y consciente, que usa el potencial genético que está esperando a ser activado para nuestra felicidad. Por lo tanto, la felicidad está en nuestras manos y depende nuestra decisión ser feliz, porque todos tenemos el potencial para vivir desde la felicidad.
La felicidad es una forma de mirar el mundo, un estado mental coherente con emociones de gratitud, amor, aceptación, es una decisión activa y cotidiana que sólo depende de nosotros.
Lograr la felicidad es la meta más importante en la vida de las personas y para ello, el Coaching, aparece como una herramienta que responde a las necesidades de nuestros tiempos y la cual se focaliza en el cambio de creencias, los patrones de pensamientos y emociones que obstaculizan el logro de los resultados esperados.
Nuestra vida, bienestar y felicidad requiere que miremos el mundo con nuevos ojos, nuevas creencias y emocionar. Es imposible resolver los problemas y cambiar los resultados que no deseamos desde Alos patrones de pensamientos y mirada con que los hemos creados. El sufrimiento, la insatisfacción y la frustración que sentimos por la exigencia, la falta de sentido en lo que hacemos, la desconfianza en el otro, el creer que el resultado exitoso nos dará la felicidad, no la erradicaremos desde nuestro creer que aprender y cambiar pasa sólo por lo intelectual, por entender, por adquirir información, por hacer, nos hace falta incorporar el Ser, el emocionar, la felicidad no como un resultado sino como parte del proceso, del hacer diario, aprender amando, acogiendo, cuidando, siendo con otros.
PAOLA MORA