La pandemia se ha prolongado más de lo que pensamos y hubiéramos querido. Y el estado agudo de angustia y miedo de los primeros meses, ha dado paso a una condición crónica de languidez en muchas personas.
No es depresión, pues no es un sentirse abatido y sin la posibilidad de hacernos cargo, sino que es una especie de vacío entre la depresión y el bienestar: la ausencia de bienestar. No estás funcionando con toda tu capacidad y tu rendimiento laboral se ve afectado porque disminuye tu motivación y tu concentración.
Parte de lo que ocurre es que, cuando uno languidece, es posible que no notemos el descenso del placer o la disminución de nuestra motivación. No te das cuenta y cuando no puedes ver tu propia condición, no buscas ayuda ni haces cambios para salir de ella.
A lo mejor a ti no te esté pasando, pero a un colega si y el hecho que lo veas y lo notes puede convertirte en una enorme oferta de valor para contrarrestar sus efectos y apalancar el rendimiento y el clima laboral.
Medidas que tenemos a la mano para contrarrestar la languidez
- Toma atención a tu estado emocional: ¿Cómo te sientes? ¿Cómo estás rindiendo? ¿Cómo está tu motivación con el trabajo? Más todavía con esta condición híbrida o total de teletrabajo.
- Pide ayuda u ofrécela: Si descubres languidez en ti o en alguien cercano, parte por compartirlo, por hablar de esto. Para hacernos cargos de nuestras emociones, es importante hablar acerca de lo que nos pasa para descomprimir la experiencia que la ocasiona. Esto es algo que falta mucho en las empresas, conversar acerca de lo que sentimos para ayudar a conocernos más, generar más confianza. Si lo hiciéramos más, podríamos tomar decisiones más acertadas y lograr mejores resultados.
- Reconoce tus emociones no caigas en la positividad tóxica: Cuando te pregunten ¿Cómo estás? En vez de decir de manera automática “¡bien!” piensa en responder con sinceridad y si fuese el caso, di “estoy languideciendo”. Es importante no mostrarse optimista en todo momento cuando no se siente de verdad, ser honestos con nosotros mismos es una clave para nuestra seguridad personal. Además, con esto, estarás enseñando a otras personas sobre este término y podrías ayudar a que reconozcan en ellas este estado, si fuese el caso.
- Recuerda languidecer es como una planta que le falta agua y nutrientes: Busca cuáles son esos recursos que te están faltando para “nutrirte e hidratarte”. Será una salida con amistades, tener una conversación distinta, salir y cambiar una rutina de encierro por una actividad física al aire libre, será hacer eso que tanto te gusta y hace tiempo no haces no por no poder, sino por la falta de motivación. Busca y encontrarás la respuesta y luego, ponte en acción.
- Busca aprender algo nuevo relacionado con tu especialidad y trabajo: Para conectar con tu motivación y mantenerte vigente profesionalmente, nada mejor que ir por más y aumentar tu capitalización profesional, es decir, la gran cantidad de experiencias que acumulas año tras año como profesional sin darte cuenta.
- Cuida lo que piensas: Todo lo que piensas impacta en tus emociones y en tu poder de acción. Si quieres salir de esa languidez y hacerte cargo, coloca tus pensamientos y foco en lo que estás haciendo muy bien y en lo que otros están haciendo muy bien. No se trata de no reconocer lo que debemos mejorar, sino que de subir el volumen a todo lo bueno que nos rodea en especial en el trabajo.
Espero este artículo te sea de ayuda y te animes a poner en acción ¿lo crees posible?
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Un gran abrazo,
Paola Mora
Psicóloga, coach y terapeuta.